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Novedades

 

 

Pronunciamiento sobre situación actual política  Comisión de Salud mental, DDHH y Géneros

 

 

San Carlos de Bariloche, 6 de noviembre de 2023

 

Desde la Comisión Científica de Salud Mental, Derechos Humanos y Géneros del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de la Zona Andina,queremos expresar nuestra preocupación por la eventual posibilidad de que triunfe la extrema derecha fascista en la Argentina.


No se trata de una elección más, ni de una toma de posición partidaria dentro de la misma.


Este año se cumplen 40 años de la recuperación de la Democracia en nuestro país, luego de haber pasado una sangrienta dictadura que dejó el saldo de 30.000 personas torturadas, asesinadas y desaparecidas, aproximadamente 2 millones de personas con sus familias exiliadas y faltan aún recuperar más de 300 niños y niñas, -adultos hoy-, a quienes se les robó la identidad y fueron entregados, muchas veces, a las propias familias captoras.


La posibilidad de que gobierne en el país una fuerza política cuyos líderes reivindican tales crímenes, es de una gravedad institucional inusitada. 

 

Mas nuestra preocupación como profesionales de la Salud Mental, gira en torno a cuáles son los efectos en las subjetividades de un acto perverso de estas características.


Definimos a la perversión como la posición de desconocimiento de las leyes fundamentalesque rige las relaciones humanas en una sociedad.

 

 Los crímenes de la pasada dictadura cívico-militar fueron juzgados con sus debidos procesos a partir de la puesta en juego de infinidad de testimonios y pruebas que no dejan lugar a dudas acerca de la verdad material e histórica.


El revisionismo fraudulento, en conjunto con la enorme cantidad de medidas de desprotección de la ciudadanía que la fuerza política en pugna promueve en base al odio y planteo de aniquilamiento de su oponente político, implican para nuestra democracia una opción inviable por sus efectos políticos y económicos así como por sus efectos devastadores en nuestros ideales comunes de convivencia en un pacto social que implique
una sociedad en convivencia pacífica y democrática.


Sin duda, como se ha dicho en este tiempo en numerables comunicados de personas de la cultura e intelectuales de diversas procedencias, deberemos como sociedad preguntarnos cómo hemos llegado aquí, sin desconocer el fenómeno mundial, la crisis que atraviesa el capitalismo, el efecto de la concentración masiva de los medios de comunicación y sin
dudas también los límites que los gobiernos han evidenciado para resolver los problemas más esenciales de las y los ciudadanos. Especialmente luego de una pandemia que dejó marcas profundas en todo el tejido social.


La dislocación que estos factores han producido se traduce en lo que observamos con gran preocupación en el aumento de los sufrimientos mentales en toda la población. Los consultorios y servicios de Salud Mental atiborrados son prueba de ello.


A su vez, la búsqueda de soluciones mágicas tanto en lo político como en lo personal es efecto de estos padecimientos. Como profesionales de la salud, no podemos ser indiferentes de estos fenómenos. Es nuestra obligación ética reflexionar acerca de estos sin fomentar ni dejar de tomar posición respecto del abismo que se cierne en el horizonte de falsos y desequilibrados profetas.

 

Sabemos por nuestras prácticas los efectos nocivos, inviables en lo real delos planteos individualistas centrados en el éxito económico que desconoce la importancia de los lazos sociales para el sostén emocional de las subjetividades en toda la población, para no mencionar a las personas con diversas vulnerabilidades cuya fragilidad es muchísimo mayor.


Estos planteos fascistas van en contra de la Ley de Salud Mental Nacional, del avance y consolidación de tantas leyes de vital importancia para mujeres, disidencias, niñas y niños, personas con discapacidad y otras personas con diversos grados de vulnerabilidad.


El avance de un gobierno de ultraderecha significaría un retroceso inadmisible y un sufrimiento extremo para una inmensa porción de nuestra sociedad.


¿Como sociedad estamos bien? Sin dudas no, pero no podemos retroceder. Como se dice, la democracia se cura con más democracia.


No seamos indiferentes. Luego puede ser tarde.

 

Comisión Científica de Salud Mental, Derechos Humanos y Géneros

Colegio de Psicólogas y Psicólogos de la Zona Andina.